"EL PODER LEGÍTIMO -EL QUE AUTORIZA HUMANAMENTE- ES FRENTE AL PROCEDER VIOLENTO, EL COMUNICATIVO"
ADELA CORTINA EN El sexo de la violencia









miércoles, 16 de marzo de 2011

Medios de comunicación y violencia: el caso de la prensa española

Medios de comunicación y violencia: el caso de la prensa española
Por Mariana Montiel
La Doctora Joana Gallego, profesora titular de periodismo en la Universidad de Barcelona, realizó una investigación titulada La prensa por dentro: acceso y participación de las mujeres en las organizaciones periodísticas españolas El País, La Vanguardia, El Periódico de Catalunya, Avui Y Agencia Efe
La Doctora explica sus experiencias al conocer la estructura interna de estos medios, en específico de La Vanguardia, que fue el diario que pudo conocer dada su repartición de trabajo de campo con su equipo.
Hicieron un análisis de contenido en el discurso de éstos medios, Gallego hace énfasis en la publicación El País, de donde dedujeron que las mujeres estamos infra representadas, o sea de una manera mínima. Incluso dentro del consejo de redacción (en el periódico La Vanguardia) se encuentra sólo un 10% de mujeres trabajando, sólo para cubrir “la cuota de género”. No es posible que a día de hoy todavía no se confíe los suficiente en la capacidad femenina.
Por otra parte, las mujeres que ahí laboran tampoco tienen una actitud progresista al respecto, las periodistas de estos medios dicen “dejar su sexo a un lado” a la hora de laborar. Hombres y mujeres debemos tener una conciencia de sí mismos, representarla y ser congruentes con ello en todo momento, por su parte las periodistas no se asumen como mujeres periodistas, sólo quieren ser “uno más”.
Otro de los factores que encontraron dentro de los medios es el coincidente temor de los reporteros al fracaso y al ridículo o al perder la seriedad, por ello muchas notas siguen el patrón común de nota, en el cual, por acuerdo social indirecto las mujeres tienen escaza o inferior representación,
El ejemplo más claro de que pone Joana Gallego fue el de la “la mujer no hace, es”. Esto significa que las mujeres en los medios escritos no están relacionadas con algún verbo de acción (hacer, criticar, negociar, asumir, concretar, investigar…) sino con calificadas con verbos ligados al ser o al sentimiento (“…es la reina de la noche” , “…es la sirena de Europa”, “…se siente como un ángel”…).
Lo que llega a ser peor, es que además de son prejuiciadas por su vestimenta, la discriminación de género llega al medio gráfico en donde sus imágenes son pocas y las que hay se enfocan a destacar su imagen en el rubro de la estética, únicamente.
Las mujeres figuran más en las secciones de cultura y sociedad, más que en económicas o en notas políticas. Cuando una mujer destaca en ello se le da el título de pionera, siendo que hay mujeres que constantemente tienen éstas prácticas. “¿Cuándo acabaremos de ser las primeras?”, subraya Joana Gallego.
Esto puede tener una explicación  en el texto de Bordieu acerca de la violencia simbólica. El no nombrar a alguien es violencia. El mundo que ha sido construido culturalmente, por medio de la unidad básica de comunicación: el lenguaje, también nombrado en masculino, del mismo modo ha construido el mundo en masculino. La sociedad hasta ahora ha decidido no nombrar a la mujer.
El seguir diciendo que las mujeres son “primera, segunda, tercera, cuarta…” no cambia la concepción de ver el mundo. El cambio viene desde el principio, desde la forma en cómo nos expresamos de la realidad. Cambiar desde nuestro lenguaje cambia los estereotipos, empezando por los que nos excluyen de nuestro planeta. Intentémoslo en familia o con las personas que nos rodean.

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